Salgo a la calle a buscarte, a suplicarte una quinta, sexta, o milésima oportunidad. Tú intentas ocultarte bajo las sombras de la multitud, y no te das cuenta que cuando más desapareces, más te me haces visible. Ese es el problema que nos persigue. Es fácil decir siempre con la boca pequeña; SIEMPRE. Que bien suena, que palabra más bonita, siete letras que describen una realidad infinita. Como en aquel anuncio "un sí que no termina".
Y ya me ves, con el segundo vaso de whisky y el quinto cigarro, diciéndote que nunca te he dicho un siempre sincero, menos con la boca grande; siempre he intentado pasar esa parte por alto, y cuando ha tocado decirla, le he echado valor y la he susurrado de la forma más baja. No es que no lo haya deseado, mucho menos ansiado, sino que nos conocemos, y un siempre, es demasiado tiempo como para pasarlo contigo. Siempre... Que bonito sería, siempre contigo. Siempre de la mano, siempre con películas y comidas agridulces. Siempre con abrazos infinitos y confesiones moribundas, con mensajes prohibidos o con debates morales. Siempre sabiendo el sabor de tus risas, el sonido de tus miradas... Demasiada perfección, ¿no crees?
Mejor hablamos del opuesto: nunca. Nunca parece que lleve inscritas las connotaciones negativas en el último rabillo de la a, y a nosotras, que nos gusta tanto perder la razón, la hemos usado de forma positiva Frases que empezaban con un tú, para terminar con un simple estarás sola diciendo por medio aquel cutre nunca. Típicas proposiciones ligadas a un texto enorme, donde siempre te encontrabas un nunca quiero dejarte... Y ahí está el hecho. Querer. Es muy bonito querer, mucho menos poder. Quiero quererte, y sé que puedo. No de la mejor forma, si de la más sincera... Tercer vaso de whisky y el sexto cigarro ya empieza a consumirse... No quiero que el alcohol me haga olvidar los bonitos recuerdos de ti, tampoco los malos, así que mejor lo dejo en un... Nos vemos en otra vida, cuando encontremos el lazo que se ha desgarrado.
No sabes lo que es la vida hasta que no te han clavado una daga ardiendo en el centro del corazón y ha estallado, manchándolo todo de sangre. No sabes lo que es la vida, hasta que no te has emborrachado para curar las heridas, sabiendo que no las vas a cicatrizar. No sabes lo que es la vida, hasta que has encontrado los ideales por los que luchar y partirte la cara hasta sangrar. Pero nunca sabrás lo que es la vida, si no luchas por reconstruir(te), si no peleas por encontrar a quien te ayude hacerlo, ¿y quién mejor que tú mismo?
Subscriure's a:
Comentaris del missatge (Atom)
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada