Cuando estás de fiesta, a seiscientos quilómetros de él y te das cuenta de que lo buscas; cuando en cada camiseta como la suya deseas que esté su cuerpo, cuando en cada perfume que él solía gastar esperas su esencia, cuando lo único que esperas encontrar detrás de unos ojos verdes cualquiera es el brillo de su mirada, y cuando en unos besos sólo buscas su sabor... Es entonces cuando te das cuenta de que estás hundida en su recuerdo. Que no ves más allá de su persona, y no sientes nada más que sus antiguas palabras. Es entonces cuando empiezas a entender que ese dolor cuando cualquier palabra te lleva a revivir los momentos junto a él va a estar siempre contigo. Acompáñandote en tus buenos días y tus peores noches. Colándose sin querer en tus pesadillas para morir en tus mejores sueños. Tal vez parezca idiota, pero puestos a sufrir... Prefiero sentir el dolor de tu ausencia, el recuerdo de tu presencia.
Tal vez mi memoria empiece a fallar algún día y empiece a olvidarte. A no acordarme de la melodía que desprendía tu respiración al son de la mía, a no recordar el dulce sonido de tu voz susurrando mi nombre ni la preciosa sonrisa que se te dibujaba. Puede que algún día olvide como vestías, a que hora te levantabas para decirme buenos días princesa, o a que minuto exacto mirabas el móvil para contestar a mis mensajes. Seguramente deje de recordar que palabra usabas más, cual es tu color favorito, o tu recuerdo más triste. E incluso algún día se me olvide recordarte al empezar el día para soñarte cuando caiga la noche... Pero ten presente que mientras tenga la facultad de recordar, siempre serás mi mejor pensamiento y mi último recuerdo, aunque eso me cueste una herida más, aunque me provoque otro golpe nuevo. Porque algo que está roto, no se puede volver a romper. Y mi corazón lleva dos años y siete meses intentando reconstruirse sin éxito.
No sabes lo que es la vida hasta que no te han clavado una daga ardiendo en el centro del corazón y ha estallado, manchándolo todo de sangre. No sabes lo que es la vida, hasta que no te has emborrachado para curar las heridas, sabiendo que no las vas a cicatrizar. No sabes lo que es la vida, hasta que has encontrado los ideales por los que luchar y partirte la cara hasta sangrar. Pero nunca sabrás lo que es la vida, si no luchas por reconstruir(te), si no peleas por encontrar a quien te ayude hacerlo, ¿y quién mejor que tú mismo?
Subscriure's a:
Comentaris del missatge (Atom)
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada