No sabes lo que es la vida hasta que no te han clavado una daga ardiendo en el centro del corazón y ha estallado, manchándolo todo de sangre. No sabes lo que es la vida, hasta que no te has emborrachado para curar las heridas, sabiendo que no las vas a cicatrizar. No sabes lo que es la vida, hasta que has encontrado los ideales por los que luchar y partirte la cara hasta sangrar. Pero nunca sabrás lo que es la vida, si no luchas por reconstruir(te), si no peleas por encontrar a quien te ayude hacerlo, ¿y quién mejor que tú mismo?
dissabte, 27 d’octubre del 2012
Ser tuya como forma de vida.
Otro día empieza, o acaba. Ya no sé en que día vivimos, ni tan solo la hora. Solo se me da bien contar los minutos que faltan para estar contigo, pero son muchas y me pierdo. Otra lucha que acabo perdiendo, ya ves, no te has buscado a la mejor novia del mundo. Ni siquiera a una aceptable. Lucho con todas mis fuerzas, peleo por cada posibilidad, pero ya sabes, no tengo fuerza y acaban todos por ganarme. Las horas me ganan y hacen que pierda la cuenta, no sé si es de día o de noche; tras esta capa de lágrimas no se aprecian los colores, solo veo oscuridad. Las ganas locas por besarte también pueden conmigo y solo hacen que me muerda los labios, dejando que esa sangre, caliente como la vuelves, acabe saliendo por cualquier esquina para dejar de sufrir. Sufrir por no verte, por no mirarte, por no tocarte. Pero se les olvida cuando le cuento lo increíble que eres. La sonrisa tímida, esa "sonrisa despeinada de ir en contra de los vientos" crece cuando veo tus fotos, recuerdo cada caricia y cada te quiero. Los que he dicho con palabras, y los que me has respondido con miradas. Esa sonrisa se muestra brillante cuando aparece tu nombre en la pantalla, con algún loco te echo de menos, y una respuesta del mismo calibre, mataría por ti, por ejemplo.
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