No sabes lo que es la vida hasta que no te han clavado una daga ardiendo en el centro del corazón y ha estallado, manchándolo todo de sangre. No sabes lo que es la vida, hasta que no te has emborrachado para curar las heridas, sabiendo que no las vas a cicatrizar. No sabes lo que es la vida, hasta que has encontrado los ideales por los que luchar y partirte la cara hasta sangrar. Pero nunca sabrás lo que es la vida, si no luchas por reconstruir(te), si no peleas por encontrar a quien te ayude hacerlo, ¿y quién mejor que tú mismo?



dijous, 22 de novembre del 2012

Una calada de algo que me pueda colocar.


        Buscas evadirte de esta puta realidad que te envuelta, de esta sociedad que te oprime y exprime. Quiero escapar de aquí, todo esto me ahoga con las cadenas del resto, esas que no se oyen si ellos mismos no se mueven. Y los muy cabrones están parados. Demasiado parados para todo lo que hay que cambiar. Bloquean el paso a la imaginación y la lucha armada, a la utopía de un andén lleno de sus besos. 

        Pero es que ya no tengo sus besos, y mucho menos sus caricias para que me hagan volar. Y mientras mis pensamientos se manchan con el dolor de cada despedida, y la dulzura de cada encuentro, es entonces cuando mi mente añora desconectarse. Apagarse entre el humo denso de un porro, no pensar en cuanto duele todo esto, y lo difícil que es cada segundo sin ti. 

        Enrojecer la vida de política se marcha de mis prioridades, y el rojo solo acaba detrás de mis pupilas, tan grandes como tu corazón. Las pulsaciones se disparan, mientras las lágrimas se hunden entre esta tinta. Incluso con la mente volando por el infierno, tus recuerdos aparecen en ella, el dolor de tu ausencia se clava en mi pecho, el frío de no tenerte y la calor de haberte tenido se confunden entre mis dedos. Y es que ni un humo más denso es capaz de que desaparezcas de mi mente, ni de mi corazón que lleva tu nombre... ¿Pero sabes qué? Me gusta.

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