Noche mojada -en cualquier sentido-. Noche de invierno, de frío y fuego. De leña y escarcha en el pelo. Noche de besos apasionados y caricias desgarradoras. Noche frente a una chimenea, de sueños irreales.
¡Cuántas cosas irreales, de momento! Pero ya que me ha dado por evadirme e imaginar imposibles, sigamos. "Cómeme a besos" es lo único que escucho entre mis labios, en cada suspiro que muere en mi oído. Y otro deseo que se cumple. Ese colchón improvisado de cojines y pétalos de rosas nos sujeta con recelo, nos envuelve con soltura. El fuego de esa vieja chimenea da más llama a cada suave mordisco que doy por cada centímetro de tu piel, Hasta llegar al corazón, al tuyo, y robarte la respiración. El calor se apodera de mí, me abrasa la piel y me pide que me acerque más a ti, a pesar de que nuestros cuerpos se rocen. La ropa tiene que ir fuera, no hay otra explicación. Y poco a poco el suave tono azulado que tenían tus brazos, por la sudadera, se convierte en una piel desnuda, ardiendo de pasión. De repente pierdo el control de mis órganos, junto a la ropa, que olvidan por un momento sus funciones para vivir ese mágico beso. No hay nada que se interponga entre tú y yo, excepto el miedo de no verte mañana amanecer y un cojín demasiado alto. Y con ese estúpido pensamiento, un suave movimiento de mano me hace acabar encima tuyo, mirándote a los ojos, hablando con silencios.
Silencios y besos que me atropellan el alma. Que me llevan a un camino sin final, de tu mano. Un te amo entre susurros sale de mi boca y una caricia en la mejilla indica que el juego ha empezado. Empiezo a besarte, a morderte el labio y rozarlo con la lengua. A que mis labios se posen en un tu cuello, dibujando el mapa más bonito, ese de la pasión. Y mientras mis labios suben a tu oreja, a contarte la historia más bonita, la nuestra, mi mano acaricia tus labios, los perfila y baja hasta tu pecho, contorneándolos mientras mis labios empiezan a seguir su camino. Besos que recorren tu cuerpo, tus caderas que son el paraíso donde morir y resucitar al mismo tiempo. Pero no hay tiempo que perder y tu respiración entrecortada pide más. Y mi pulso acelerado me suplica que no me pare ahora, así que sigo mi proyecto y me cuelo entre tus piernas mientras mi sonrisa busca tus gemidos. Un dedo, dos dedos, tres, una lengua que se cree ama y señora para acampar por tu cuerpo, que acaba por desplazar cada dedo y que grites mientras yo recaigo en tu pecho, escuchando resonar el último orgasmo de mi sueño.
No sabes lo que es la vida hasta que no te han clavado una daga ardiendo en el centro del corazón y ha estallado, manchándolo todo de sangre. No sabes lo que es la vida, hasta que no te has emborrachado para curar las heridas, sabiendo que no las vas a cicatrizar. No sabes lo que es la vida, hasta que has encontrado los ideales por los que luchar y partirte la cara hasta sangrar. Pero nunca sabrás lo que es la vida, si no luchas por reconstruir(te), si no peleas por encontrar a quien te ayude hacerlo, ¿y quién mejor que tú mismo?
Subscriure's a:
Comentaris del missatge (Atom)
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada