No sabes lo que es la vida hasta que no te han clavado una daga ardiendo en el centro del corazón y ha estallado, manchándolo todo de sangre. No sabes lo que es la vida, hasta que no te has emborrachado para curar las heridas, sabiendo que no las vas a cicatrizar. No sabes lo que es la vida, hasta que has encontrado los ideales por los que luchar y partirte la cara hasta sangrar. Pero nunca sabrás lo que es la vida, si no luchas por reconstruir(te), si no peleas por encontrar a quien te ayude hacerlo, ¿y quién mejor que tú mismo?
dilluns, 14 de febrer del 2011
Esa estúpida sensación de que me haces falta.
No sé como ha pasado, ni por qué, pero ha vuelto. Esa estúpida sensación de que me haces falta, ha regresado. Creía que tenía los días contados, que después de eliminarte, de borrar todos tus recuerdos, te marcharías de mi mente, borrarías la huella que dejaste en mi corazón... Pero no, me volví a equivocar. Los primeros días me esforzaba en que eso fuera así. Cuando cerraba los ojos y te veía, me costaba mucho recordar tu mirada, o tu especial sonrisa. Me esforzaba para eliminar los recuerdos, para borrar tus caricias y suprimir tus palabras. Me esforzaba tanto durante el día para mantenerte alejada de cada pensamiento que llevara tu nombre, que al finalizar el día y sumergirme en los más profundos sueños, no desaparecías ni un segundo. En el mundo de las posibilidades, estaba indefensa, no tenía posibilidades de luchar contra ti, tampoco quería. Aparecías tan perfecta como siempre, y me dejaba llevar. Iba a besarte, y tú me respondías apasionadamente. Un sabor a melocotón se mezclaba con el beso, un suave olor a vainilla se juntaba con la pasión... Y toda la noche igual. Recorría cada centímetro de tu cuerpo como si se acabara el mundo, movías tus dedos por cada rincón del mío como si no hubiese un mañana, pero... Ya lo dicen, todo lo bueno dura poco. Un sonido ensordecedor me alejaba lentamente de ti, mientras escuchaba, como si de un susurro se tratase, que me esperabas a la siguiente noche, en el mismo sitio. Y ya no estabas. Como cada día, como cada mañana. Y volvía a estar llorando, intentando olvidar el sabor de tus besos, sin ningún éxito.
Subscriure's a:
Comentaris del missatge (Atom)
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada